04 Jun
04Jun

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Gál. 3:13-14

El evangelio, el mensaje más importante que un hombre puede oír, porque es el único mensaje que es capaz de dar una solución al peor problema que todos los hombres tenemos en común, y es nuestro pecado, y cómo ser salvos de las consecuencias del pecado, que fue para lo que Jesús vino a este mundo hace 2,000 años y es el tema que el apóstol Pablo trata en esta carta en la que nos declara el evangelio por la gracia, por medio de la fe.

Y para esto, permítame dividir esta porción que leímos en 3 partes a manera de preguntas.

1. ¿De qué nos salvó Cristo?

2. ¿Cómo nos salvó Cristo?

3. ¿Para qué nos salvó Cristo?

El cual es el orden en el que el pasaje es presentado.

1. ¿De qué nos salvó Cristo?

La respuesta a esta pregunta es:

Cristo nos redimió de la maldición de la ley. 

 

Es importante que empecemos hablando de qué es de lo que Cristo nos salva, porque solo entendiendo nuestra enfermedad veremos cuanto necesitamos la cura.

Existe una maldición para cada ser humano, y esta está escrita en la ley de Dios, y podemos hacernos la pregunta ¿Cómo la ley siendo algo bueno nos maldice? Y esto es por causa de nuestro pecado, porque nosotros no somos capaces de cumplir esa ley y ella no solo contiene mandamientos, sino también promesas y advertencias para aquellos que no la cumplen, todos conocemos los 10 mandamientos, pero ¿has considerado que tanto los hemos quebrantado? ¿Alguna vez hemos tenido dioses aparte de Dios?  ¿Alguna vez has robado?  ¿Alguna vez has mentido?, y si así contamos cada mandamiento de uno a uno, nos daremos cuenta que los hemos quebrantado todos, aun cuando pensamos que somos buenas personas, la Biblia dice que no hay bueno ni siquiera uno, ahora podemos decir con ligereza que somos pecadores, pero ¿Qué significa esto? Significa estar bajo la maldición de Dios, ¿Qué tan malos son mis pecados? Bueno, el Hijo de Dios tuvo que hacerse hombre para poder redimirnos de ellos, ¡así de malos son!, son tan malos, que Dios ha hecho un infierno eterno para hacer justicia a esos pecados que hemos cometido.

La paga del pecado es la muerte, sin embargo, este no es el fin de la historia, a pesar de que lo que merecíamos era que Dios enviara su pronto castigo e ira, ¿Qué fue lo que Dios envió? Dios nos envió a su Hijo. 

2. ¿Cómo nos salvó Cristo?

La respuesta: hecho por nosotros maldición

Haciéndose por nosotros maldición, Cristo Jesús se hizo hombre, y a pesar de nunca haber pecado, fue a la cruz para pagar a la justicia de Dios todos los pecados que habíamos cometido, como lo dijo MacArhur,¨En la cruz, Dios trató a Cristo como si hubiera vivido mi vida, y por la fe en Él, Dios trata a Cristo como si yo hubiera vivido su vida¨ nos trata como a santos, como sus hijos. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos, justicia de Dios en Él (2 Cor. 5:21). Cristo nos salvó llevando él la pena que nosotros merecíamos. No existe una mayor muestra de amor, misericordia y condescendencia que la de un Rey que baja para morir y pagar él mismo por las maldades de sus súbditos, tal amor y bondad jamás ha sido vista en nuestro mundo caído, solo en Dios la suprema expresión del amor, pero ¿con qué fin? Esto nos dirige al punto 3.

3. ¿Para qué nos salvó Cristo? 

La respuesta: para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Para que en lugar de que la maldición de la ira de Dios nos alcanzara, nos alcance la bendición de Abraham, de lo que habría mucho que decir, pero solo mencionaremos 2 beneficios: 1. Ser parte del pueblo de Dios, parte de la familia de Dios, lo cual es hermoso teniendo en cuenta que cuando un juez declara inocente a alguien no lo lleva a su hogar, sin embargo, Dios si lo ha hecho con nosotros, y 2. heredando la promesa del Espíritu, no existe mayores privilegios y beneficios para un ser humano, que el estar ser redimido por Cristo.

Una breve conclusión:

¿Qué hemos visto hoy?

Somos pecadores, y no hay estado mas horrible para un ser humano que el de ser enemigo de su propio creador.

Dios es un Dios de gracia, por lo cual, en lugar de enviarnos un castigo inmediato que merecemos, engrandeció su misericordia hasta lo sumo enviando su propio hijo, para que él llevara nuestra pena.

Dios hizo esto, por su gracia, para su gloria y para nuestro propio beneficio.

Ante tal acto, Dios nos invita a que pongamos toda nuestra fe en Cristo, renunciando a nuestras obras malvadas y aferrándonos a lo que él hizo en la cruz como nuestra única y suficiente esperanza.


Por: Daniel Santamaría 

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO